viernes, 9 de mayo de 2008

EL PREVENCIONISTA DEL SIGLO XXI

Uno se sorprende como algunas profesiones nacen, se desarrollan y desaparecen fugazmente. Hete aquí un nuevo caso al respecto, me refiero al modesto oficio de PREVENCIONISTA, nació en España a finales de los años 90 en España, se ha desarrollado en la primera decena del nuevo siglo y puede desaparecer en otros díez años si alguién no pone remedio al infalible destino de una profesión acosada.

Veamos algunos ejemplos.

En el 97 con el Reglamento de los Servicios de Prevención se establecieron la cualificación de técnico superior, técnico intermedio y técnico de nivel básico. La primera de éllas está por desaparecer en el año 2009, la segunda ya no se recuerda y la tercera no tiene utilidad práctica.

En la actualidad decenas de miles de profesionales que estudiaron los niveles intermedio y superior quedaremos empaquetados en una cualificación sin colegio profesional, sin continuidad formativa y rodeada por las nuevas profesiones en la materia. Bueno, con suerte y dinero, podremos convalidar algunos créditos y podremos seguir estudiando.

Pero sigamos con más ejemplos, nuestros amigos y tal:

La inspección de trabajo, en su afán recaudatorio y corporativista, asedia la actividad de los técnicos de prevención amparada en argumentos, opiniones y juicios basados en normas legales de difícil comprensión y quasi imposible aplicación. ¡Qué divertimento más excepcional observar las condiciones materiales y ambientales de los edificios donde éstos nos reciben, qué agradable satisfacción evaluar, aunque mentalmente, los despachos donde nos piden explicaciones, datos y respuestas, qué memorable momento el de la circulación por sus vías de evacuación y qué sublime circunstancia verlos desenvolverse en las obras de construcción.

Los nuevos servicios de prevención enajenados de las MATEPSS, con esos locales, instalaciones, recursos y clientes que con tanto sacrificio y esfuerzo consiguieron con aquéllas. ¡Qué satisfactoria satisfacción satisfacer los nuevos tiempos con la estrategia de antaño, qué augusta dulzura vislumbrar sus cuentas de resultado en un par de años, qué sorprendente sensación preveer la respuesta de los clientes no obligados a contratar a los mismos!.

Los sindicatos, el postre del menú. ¡Qué conocimiento, qué cultura preventiva, qué generosidad, qué honestidad!. En resument, a Dios rogando, y con el mazo dando.

Y los prevencionistas, ¿qué?

Depende de nosotros. Si seguimos considerando que todos nuestros amigos son los buenos y los empresarios los paganos, seguiremos igual. Pero tenemos una oportunidad.

Un empresario es, por definición, quien organiza, gestiona y asume el riesgo que implica la puesta en marcha de un proyecto empresarial y que administra efectivamente los talentos humanos y los recursos físicos, productivos, tecnológicos y financieros de una organización empresarial con el fin de sacarla adelante. De la propia definción podemos deducir la importancia del Prevencionista ya que éste evalúa, propone, asiste y aconseja al empresario en materia de sus recursos humanos, recursos productivos y recursos tecnológicos con el objetivo la organización salga adelante con garantías para todos.

De tales circunstancias se extraen las principales actividades del prevencionista, identificar y evaluar los riesgos derivados de las actividades, la asistencia técnica y organitztiva en la ejécución, control y seguimiento de las medidas preventivas y correctivas necesarias en cada momento, y todo ello contando con la opinion de las partes implicadas: trabajadores, accionistas, representantes y sobretodo, la sociedad. Y todos nuestros amigos, que se alineen o que se busquenotros horizontes profesionales.

EL PREVENCIONISTA

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